Cierre en dos vistas

22 Aug , 2016   Gallery

En la noche del domingo, tras 16 días, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro llegaron a su fin. En una fiesta que debió lidiar con el clima y con asientos vacíos, Brasil se despidió de la primera edición del máximo evento deportivo a nivel mundial que se realiza en Sudamérica.

Música, alegría y samba reinó en la noche brasileña e hizo vibrar a todos los asistentes. Todo comenzó con una cuenta regresiva marcada por un reloj que utilizó Alberto Santos Dumont, brasileño relacionado a la historia de la aviación, y luego se representaron distintos lugares importantes de la ciudad en el campo de juego.

La música fue factor fundamental durante la noche y además de varias “escolas de samba” también estuvieron presentes otros músicos como Martinho Da Vila, Roberta Sá y el Dj Kygo, entre otros. “Fueron unos Juegos Olímpicos maravillosos en una ciudad maravillosa”, dijo Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional y desató el baile ya que instantes después comenzó a sonar la emblemática canción “Cidade Maravilhosa”

La organización de los próximos Juegos Olímpicos, en Tokio 2020, tomó la posta de la responsabilidad olímpica y demostró que ya se está preparando para su turno. El evento, que ya tiene cuenta de Twitter, fue introducido de una forma bastante peculiar. El Primer Ministro de Japón, Shinzo Abe, hizo su entrada al estadio Maracaná con una presentación que divirtió a todos, haciéndose pasar por Mario Bross, el personaje de videojuegos más popular que ha nacido del país nipón. Apareció en el centro del campo disfrazado con el traje particular.

Mientras toda esta fiesta de música, color y fuegos artificiales sucedía en el Maracaná, a pocos kilómetros en la favela de Mangueira muchos brasileños observaban la fiesta por televisión y con una “cámara” privilegiada. Desde sus ventanas se podía ver el exterior del estadio y apreciaban los fuegos desde un punto de vista que el común de la gente no tuvo.

Con el Maracaná repleto de asientos vacíos y muchos brasileños que lo miraban de afuera, Brasil cerró sus Juegos Olímpicos, apagó la llama y le pasó la posta a Tokio.

Mirá la entrada del Primer Ministro japonés

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