El rincón de las arañas
Mientras el invierno parece querer dar sus últimos estertores, la gente en la calle se hace varias preguntas: ¿Seguirá encadenado Gastón Rodríguez a la reja del Palacio Peñarol? ¿Qué es de la vida de Sebastián Abreu en Guatemala? ¿Cuándo sale el disco solista de Estoyanoff? Lamentablemente, estas interrogantes no tienen respuesta, al menos por ahora. Pero el aficionado puede estar tranquilo, ya que es inminente la vuelta de nuestro querido y milagroso fútbol uruguayo.
Seguramente, este es el fútbol que más pierde al ser televisado, y eso lo sabe el verdadero hincha. Y lo valora más que a las milanesas de la vieja. No estamos en contra de la televisión como medio de difusión, pero no es lo mismo. Aquel que se transformó en un televidente, cambió la posibilidad de intercambiar conceptos con un veterano con spica al oído, por escuchar las ocurrencias del relator y los adjetivos del comentarista. Para nosotros perdió, y bastante.
La transmisión televisiva le brindará a usted un asiento cómodo, la cercanía con su baño de confianza, la posibilidad de acceder a la heladera para picar algo, o incluso disponer de alguien que le pueda arrimar esa picada. Cosas que en la cancha no tiene, pero no importa. El que contaba los días para la vuelta del fútbol uruguayo, valora otras cosas y perdona las eventuales carencias de infraestructura.
¿Nuestros escenarios futbolísticos cuentan muchas veces con instalaciones sanitarias que no disponen de agua? Sí, pero al fin y al cabo uno va a ver jugar a la pelota y no a mojarse el cabello o a tomar agua de la canilla. El hincha curtido en fútbol uruguayo tampoco se va a espantar por una butaca con un poco de tierra, con la ingesta de algún chorizo que ya pasó su plenitud bromatológica, un café aguachento o unos manises quemados; ni se desanimará ante un operativo policial confuso o un ómnibus repleto. ¿Y sabe usted por qué? Ni más ni menos que por la esencia de la cuestión, lo que se ve en esos terrenos de juego en los que la magia va más allá del estado del césped o de las comodidades. Retornan la cadencia de nuestros players, los gritos de las hinchadas que los periodistas titulamos parcialidad, la fiesta de los barrios montevideanos con el agregado del “Pata Blanca” coloniense. Vuelve ese fútbol que usted y nosotros valoramos, y el mundo es un lugar un poco más agradable. ¡Salud, fútbol uruguayo!
el rincón de las arañas, fútbol uruguayo, Profesor Hermes J. Sanabria