El rincón de las arañas

“Salimos” es mucha gente

12 Feb , 2017  

Uno, que corrió sin mayor suerte atrás de una pelota, que se paró del otro lado de la línea de cal en terrenos hostiles en los que a nadie se le hubiera ocurrido plegarse a sus vicisitudes, que abrazó a este hermoso deporte como una forma de vida; quiere dejar bien claro por enésima vez que la selección uruguaya de fútbol Sub 20 se coronó campeona de América. No usted, ni nosotros, ni los familiares, ni los contratistas, ni siquiera algún confundido colega que se puede haber dejado llevar por el aluvión de emociones.

Si acaso el “salimos” aplicado al pelotazo que el zaguero hace volar lejos de su área para alejar el peligro y lanzar al equipo hacia adelante, sea el ejemplo más fiel de lo que queremos significar. Salen ellos, termine en gol o en la frente del zaguero rival. Pero ese “salimos”, siempre será patrimonio de los que están de corto sudando y luchando contra los rivales más encumbrados, sea en la liga barrial, en el mundial o en un solteros contra casados.

“Aramos dijo el mosquito, mientras iba montado en las guampas del buey”, reza un dicho popular que no por viejo deja de ser acertado. Que quede claro que salieron campeones los Mele, los Rogel, los Viña, los Bentancur, los De la Cruz, los Amaral, Schiappacasse, Waller, Ardaiz y demás. Salió campeón Coito y su cuerpo técnico, pero hasta ahora la única persona en el Uruguay que tiene una medalla sin ser jugador o técnico, es el Pato Celeste. Los que estábamos comiendo pizza del otro lado de la pantalla, podremos ponernos contentos, eso sí, pero lamentablemente tenemos que entender que somos de palo.

Entonces, dejemos que sean ellos, los jugadores, los únicos protagonistas, los que salgan campeones. Mantengamos la compostura. Porque en este país, a todos nos gusta saborear las mieles del éxito y colgarnos medallas que no son nuestras, pero si nos invitan a hacer una planchada o un amigo nos pide que lo vayamos a cuidar al sanatorio, ya no nos gusta tanto. Mucho menos si nos piden plata. Entonces, así como casi se ocasiona la fatalidad de “secar” a los juveniles con el aluvión de compatriotas que partieron en masa hacia Ecuador, es menester que ahora tengan la dignidad de bajarse del barco, del carro, del pony o de la escalera.

De la misma forma que los senadores y los diputados son representantes suyos, y a usted no se le ocurriría decir “promulgamos tal ley” o “votamos el presupuesto para tal cosa”, los que se visten de celeste y le ponen el pecho a las balas también lo están representando. Pero no se peine, que usted no sale en la foto. ¡Salud campeones!

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