El rincón de las arañas

Uruguay somos todos

21 Apr , 2017  

Prof. Hermes J. Sanabria

En los últimos días, se revolucionó el ambiente con la noticia de que le había sido negado el Teatro Solís al connotado cantor “Fata” Delgado. Ríos de tinta corrieron por las redes sociales, tinta virtual pero que de todas formas escribe; por lo que reconforta en cierto punto ver cómo los uruguayos seguimos defendiendo lo nuestro y sus derechos. De algún modo, este tema nos toca de cerca, ya que Delgado ya ha demostrado ser amigo del fútbol, cantando con Sebastián Sosa (quien dejó claro que no es muy amigo de la música), o acompañando a la selección en varios viajes.

Aclarado luego el tema entre el “Fata” y la directora del Teatro, nos pusimos a pensar en que por suerte la sangre no llegó al río y se le dará la posibilidad de presentar su propuesta artística para el próximo año. ¿A qué queremos llegar? Es claro, a que todo lo nuestro debe ser defendido, y se le debe garantizar igualdad de condiciones en relación a lo que viene de afuera. ¿Vienen los Babasónicos o cualquier otra orquesta extranjera a tocar al Solís? Asegúresele también al “Fata”, y al artista nacional que sea, la posibilidad de presentarse en nuestro máximo escenario. Al fin y al cabo, si esto no hubiera sido así, habría instalado un peligroso precedente que podría haberse trasladado al deporte, y al fútbol en particular.

Imagine usted por un instante, que las autoridades de C.A.F.O le dijeran a un futbolista compatriota, por ejemplo un Arismendi, “Cachila” Arias o Maxi Gómez: “disculpá botija, en estas duchas se bañaron Messi y Neymar, vos no podés usarlas”, o “El casillero ese está ocupado con pertenencias de Mick Jagger”. Peor aún, si en nuestro principal escenario futbolístico se empezara a elegir con recelo quiénes pueden ser partícipes de los espectáculos futbolísticos en función del “paladar” de sus propuestas. Por ejemplo, ¿se negaría a los equipos dirigidos por Rosario Martínez/Julio Ribas/Martín Lasarte/Leo Ramos la posibilidad de jugar en el Estadio Centenario? Peor aún, ¿cuáles serían los criterios estilísticos a la hora de elegir qué equipos podrían jugar allí?, ¿o deberían elegir entre el resto de los estadios?

Agradecemos que haya primado la cordura, porque no debe haber uruguayo que no haya movido el esqueleto al ritmo de algún tema de Los Fatales en un casamiento; como también es obvio que en el fútbol no son todos Neymar o Messi, y el Estadio también puede recibir a Paul McCartney o ver como Novick mata más pasto que la lagarta y los teros juntos. Inclusión, señores.

Menos mal que no pasó, y esperamos que no pase nunca. Que venga gente de otros países, sí; pero que nunca privemos a los nuestros de exponer su arte de la forma que sea. Gran retroceso sería, que un día llegue al Centenario un ómnibus de algún equipo uruguayo, y haya una lista de jugadores excluidos por pegarle de punta o por no ser del todo agraciados al correr. No hay nada peor que la censura, no caigamos en esa por favor. Uruguay somos todos.

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