El rincón de las arañas

Zafar de la presión

8 Feb , 2017  

Como todo el mundo sabe, en unas horas la selección Sub 20 se presenta nuevamente en el Campeonato Sudamericano, con la posibilidad de alcanzar hoy mismo el campeonato. Tal vez, usted se haya dado cuenta de que, al igual que el rating de sus partidos y la producción del equipo, también ha ido en aumento la presencia de colegas y hasta de familiares de los botijas en tierras ecuatorianas. Como decía un slogan político, “cada vez somos más”.

Y es en este dato donde nos queremos detener. En algo que nos genera más miedo que lo que pueda plantear Venezuela, y es ni más ni menos que el peso de la presión ejercida por nuestros propios compatriotas. Más que los posibles efectos del “pressing” de los elementos bolivarianos, tememos por la pesada carga que puede estar sumándose a las mochilas de nuestros jóvenes. “Nada podemos esperar si no es de nosotros mismos”, dijo una vez Artigas sabiamente. Es por eso, que de ahí en adelante, siempre nos especializamos en ser bastante autosuficientes, incluso para complicarnos la vida nosotros mismos.

Pierda cuidado que hoy, los juveniles celestes no sentirán presión por la presencia de ojeadores del Barcelona, Real Madrid, Manchester United o Juventus, ni siquiera por algún jeque o algún emisario chino que los quiera apalabrar para mudarse a un mercado emergente. No, tampoco sentirán nada diferente si el equipo “vino tinto” plantea un partido áspero y cuesta arriba. El tema vendrá cuando vean que los periodistas se multiplicaron por 30, que los medios ahora los buscan, que los comparan con los campeones del 81, gente a la que solo conocen por ser uno de los directores de Tenfield o el técnico anterior de Peñarol. Ni que hablar del momento en el que a los botijas se le aparezcan los fantasmas de sus años de Baby Fútbol al escuchar algún grito desaforado de sus progenitores recientemente arribados. No valdrá lamentarse después, si efectivamente corroboramos que no pudieron con la presión. Porque esa presión habrá sido autoimpuesta e implacable.

Por eso es que no nos hicimos presentes en Quito. No fue porque no pudiéramos financiarlo, por suerte contamos con el apoyo silencioso de varias empresas que valoran nuestra labor. El periodismo, como cualquier disciplina, se trata de convicciones. Si son firmes, mejor. Entonces, ante la posibilidad de subirnos a un avión para cubrir las instancias finales y un posible nuevo título, dijimos no. Si no estuvimos ahí desde un principio, si no conocíamos algunas caras antes de ganarle a Argentina y a Brasil, nos quedamos en casa tranquilos. Miraremos el partido, sacaremos nuestras conclusiones, haremos nuestro trabajo y ojalá podamos cerrar el puño con la satisfacción de haber visto que los gurises lograron el campeonato. Porque de lograrlo, lo lograrán ellos. Lo mismo que con la presión.

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